Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al mar.  Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y toda la gente se quedó de pie en la orilla.  Les habló muchas cosas en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar.  Al sembrar, una parte cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron.  Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y como la tierra no era profunda brotó enseguida;  pero en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.  Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron.  Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta.  El que tenga oídos, que oiga».

 Mt 13,  1-9

       

 

  Actitud y predisposición del corazón para atender a la palabra de Dios. Esforzarnos por conocernos y limpiar la tierra de nuestro corazón de afanes, seducción de riqueza, inconstancia. Ejercitarnos poco a poco por mejorar.