Llegaron a Jerusalén y, entrando en el templo, se puso a echar a los que vendían y compraban en el templo, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas.  Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo.  Y los instruía diciendo: «¿No está escrito: “Mi casa será casa de oración para todos los pueblos”? Vosotros en cambio la habéis convertido en cueva de bandidos».

† Mc 11 - 15,16,17

       

  El templo, lugar de oración. Servir al templo, no servirse del templo para obtener nada ni material ni inmaterial.